Luego de dejar la plana y aburrida Florida y después de unos 3 días rodando por fin las montañas del oeste de Carolina del Norte, cerca a Asheville, me sentía demasiado cómodo en las carreteras destapadas, viejos caminos de montaña de un solo carril en los que llegue al punto de derrapar en la infinidad de curvas que me iba devorando junto con mi azul compañera. Ese día baje tan temprano como pude luego de despedirme del guardabosques del campamento Cataloochee, Fue ya que me dio un lugar para armar mi campamento sin reservación y sin pagar un solo peso!! claro está que se supone que no debía mencionarlo, pero bueno, guardabosques hay muchos, muchas gracias buen hombre!
Bicho del campamento (Elk) cortesia de Chuck Pryor
En cualquier caso iba siguiendo muy confiado la ruta que había guardado en el GPS y no tuve mayores problemas para seguir el único paso que era posible transitar.
Paré pasando el puente para tomar un par de fotos del río que había venido bordeando todo el camino que por cierto, tenía una hermosa estructura metálica y si se preguntan….si, acá me volví fan de los puentes
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En todo caso, pocos segundos después paró un tipo super amable en una camioneta negra el cual me saludo y me pregunto por la moto, aunque fue mas por cortesía, por que no sabia mucho el hombre. Simplemente le conté a grandes rasgos que venía desde Florida (abrió los ojos) y que trabajaba como Forestal; en ese preciso instante empezó con el carretazo de los incendios forestales y la amenaza a los osos negros precisamente por el excesivo uso de esta última herramienta en el sunshine state. Luego de los buenos deseos del hombre continúe con mi camino y tomé un extraño desvío que aunque lo marcaba mi ruta me tenia un poco inseguro ya que era digno de cualquier trocha de arriería del siglo XIX en Las montañas antioqueñas aunque al final resultó ser demasiado divertido.
Finalmente parecía que había salido a la carretera decente, pare para repostar un poco de gasolina y cerciorarme de la presión de las llantas que me tenía un poco preocupado. Unos kilómetros más adelante me encontré con un accidente de una pareja de ancianos que volcaron al esquivar otro carro que al final escapó . No! no tome fotos….pues el super amarillista tampoco pues!
Como les mencione anteriormente, ya me sentía muy cómodo en los caminos destapados así que una vez entrando en el Pisagh National Forest decidí continuar mi periplo a unas 60 millas por hora (100 km por hora) en pleno otoño, vos sabes, colores anaranjados y rojos....casi que se caía el atardecer pues. Vi un pequeño riachuelo, pensé.una excelente foto, me detengo....
....tome la foto y gire para regresar a la moto....y veo esa fotografía sobre el tronco, como recién puesta, en perfecto estado, como alguien tratando de cabrearme. La recogí....mire en todas direcciones y saben que? Nadie alrededor, solo la fotografía, mi moto y yo